Short Term 12 (2013)

Brie Larson and Lakeith Stanfield in Short Term 12

¡En español!

You owe it to yourself to see Short Term 12. The world gains empathy and understanding every time someone watches it for the first time. It is that rare perfect film –perfect just the way it is– that looks at people with piercing clarity and boundless compassion at the same time.

The film focuses on Grace, a young woman who works at a foster care center for at-risk minors. A child of the foster system herself, Grace is no stranger to the trauma that these kids have experienced. We meet several of these kids, who have ended up uprooted from their families and homes for any number of reasons. One of them is Jayden (Kaitlyn Dever), a young girl who uses her introduction pretty much to tell everyone that she’s not there to make friends. We quickly learn, of course, that this is a front, and Grace begins to see her past self in Jayden.

The film, written and directed by Destin Daniel Cretton (this was only his second feature), is masterful in the way it uses the experiences of the kids in foster care as a catalyst to reveal, organically and gradually, Grace’s own experiences and the way they affect her life, her work, and her relationship with her boyfriend and coworker Mason (John Gallagher Jr.). All of these people are struggling to emerge from traumatic situations (neglect, violence, sexual abuse, drug addiction), but the way our past unresolved issues shape our present failings is a universal idea.

If the character of Grace is such a layered, profound conduit for all of these themes it is half because of the script, and half is because she’s played by Brie Larson, who is a gift to her profession. She is in every scene, shot in closeups more often than not, and through her Grace becomes a real person. She plays her with awesome strength, and yet her vulnerability is always on the edge of your vision, in a look or in a turn of the head. Larson, like Cretton, sees Grace with infinite sympathy.

As if that wasn’t enough, I am also thankful to Short Term 12 for discovering Lakeith Stanfield to me. He plays Marcus, a quiet teenager with an intense, unblinking stare. Stanfield has gone on to participate in a growing string of wonderful, independent movies, to the point where his name on a poster is an endorsement of the quality of the film. Here his suffering is so genuine that you’ll feel immediately protective of him.

I have seen this film many times, and each time I discover something new in it. This last time I was impressed by its flawless structure, and how it can fit all these stories and all this emotion in a compact 90-minute feature. I still felt the same elevation as with the first viewing: I felt that I was watching something true; I felt closer to other people, and that’s ultimately the best you can hope from a story.

Short Term 12 on IMDb

Short Term 12 on Amazon

 

Las vidas de Grace (2013)

 

Te debes a ti mismo ver Las vidas de Grace. El mundo gana en empatía y comprensión cada vez que alguien la ve por primera vez. Es esa rareza que es una película perfecta, perfecta tal y como es, que observa a la gente con claridad chocante y compasión infinita a la vez.

La película se centra en Grace, una joven que trabaja en un centro de acogida para menores en situaciones de riesgo. Grace, quien creció en el sistema de acogida, conoce de cerca el trauma que han experimentado estos niños. Conocemos a varios de ellos, niños y adolescentes que han acabado desarraigados de sus familias y sus hogares por todo tipo de razones. Una de ellas es Jayden (Kaitlyn Dever), una chica que utiliza su presentación para más o menos decir a todo el mundo que no está para hacer amigos. Por supuesto, no tardaremos en descubrir que es una fachada, y Grace comenzará a reconocer su vida pasada en Jayden.

Las vidas de Grace, escrita y dirigida por Destin Daniel Cretton (esta fue solo su segundo largometraje) es una obra maestra en la forma en la que utiliza las experiencias de los chicos en el sistema de acogida como un catalizador para revelar, de manera orgánica y gradual, las experiencias de la propia Grace y cómo estas afectan a su vida, su trabajo, y su relación con su novio y colega, Mason (John Gallagher Jr.). Todas estas personas se están esforzando por sobreponerse a situaciones traumáticas (abandono, violencia, abusos sexuales, adicción a las drogas), pero la forma en que nuestros problemas sin resolver determinan nuestras carencias presentes es una idea universal.

Si el personaje de Grace es un conducto tan complejo y profundo para todos estos temas, es en parte por el guión, pero en parte también porque la interpreta Brie Larson, un regalo para el séptimo arte. Sale en cada escena, la mayor parte del tiempo en primeros planos, y a través de ella Grace se vuelve una persona real. La interpreta con una fuerza impresionante, y sin embargo su vulnerabilidad siempre está presente en la periferia de tu visión, en una mirada o en un gesto de la cabeza. Larson, al igual que Cretton, ve a Grace con simpatía infinita.

Por si no fuera poco, también le agradezco a Las vidas de Grace el haberme descubierto a Lakeith Stanfield. Interpreta a Marcus, un adolescente silencioso con una mirada fija e intensa. Desde entonces Stanfield ha participado en una creciente lista de maravillosas películas independientes, hasta el punto de que ver su nombre en un póster es una garantía de la calidad del filme. Aquí su sufrimiento es tan palpable que inspira un sentimiento protector desde el principio.

He visto esta película muchas veces, y cada vez descubro algo nuevo en ella. Esta última vez me impresionó su estructura perfecta, y cómo es capaz de contener todas estas historias y toda esta emoción en unos compactos 90 minutos. Sentí la misma elevación que la primera vez: sentí que estaba observando algo real. Me sentí más cerca de otras personas, y a fin de cuentas es lo más que se le puede pedir a una historia.