Booksmart is everything a teen comedy could ever aspire to be: it’s razor sharp, it’s quick on its feet, it’s full of love and tenderness, it’s original, it’s uplifting, and as if that wasn’t enough, yes, it is a comedy, and it’s hilarious. Olivia Wilde directed a treasure of a movie, and you cannot watch it soon enough.
Booksmart takes place during one eventful night in the lives of Amy (Kaitlyn Dever) and Molly (Beanie Feldstein), two studious girls on the eve of their high school graduation. After years of hard work and academic excellence got them into prestige universities, they feel they have missed out on the fun of being a teenager and decide to crash a wild party at a popular kid’s house to see what that’s like. Except they don’t know where he lives, because it’s not like they’re buddies with any popular kids, and so begins a hilarious mix of teenage comedy-road movie as Amy and Molly frantically race across town and meet all kinds of oddballs trying to figure out where this party is.
I want to lavish praise on all the talented women who created this joyful movie and I don’t know where to even begin. For starters, the writers (Emily Halpern, Sarah Haskins, Susanna Fogel, and Katie Silberman) have created a witty, smart -not just booksmart, but also emotionally smart- screenplay that got big laughs out of me without sacrificing one drop of character or emotion. The story never lingers too long in one setting or milks a fun contrivance too much; it keeps going and turning and coming up with new ways in which to get our characters into trouble.
Also central to the film’s success are Kaitlyn Dever and Beanie Feldstein, who breathe life and earnestness into their roles. Amy and Molly feel like authentic teenagers, intelligent and observant in that slightly panicked way of young people trying to appear more confident than they are (I was shocked to learn that both actresses are 25; you may have seen Dever as a teen drug lord in Justified or as a troubled girl in Short Term 12, and Feldstein as Lady Bird’s best friend). Their on-screen chemistry is delightful and the movie knows how best to exploit it.
Olivia Wilde, in her first feature film as a director, has achieved a level of quality and command of the medium that many more veteran directors are still striving for. She has found exactly the right tone for this film, tender at the same time it is funny, and shows a keen sense of timing both in the general sense of the film’s snappy pace, and also within a scene in combining dialogue and visual humor. Beyond Dever and Feldstein, the whole supporting cast is superb, especially Billie Lourd as a hilariously deadpan free spirit and Skyler Gisondo as a pitiful rich kid trying to buy his own popularity.
I could go on, but what I’m getting at is that Booksmart is the real deal, timeless and yet very much of the times, brimming with talent and genius. Don’t miss out on this one.
Súper empollonas (2019)
Súper empollonas (Booksmart) es todo lo que se puede desear de una comedia adolescente: es aguda, es ágil, rebosa amor y ternura, es original, transmite esperanza, y por si fuera poco, sí, es una comedia, y es desternillante. Olivia Wilde ha dirigido un tesoro, y ya estás tardando en verla.
Súper empollonas tiene lugar durante una azarosa noche en las vidas de Amy (Kaitlyn Dever) y Molly (Beanie Feldstein), dos adolescentes estudiosas en vísperas de su graduación del instituto. Tras años de esfuerzo académico que les ha valido el ingreso en universidades de prestigio, sienten que se han perdido la diversión del instituto y deciden ir a una fiesta salvaje en casa de un chico popular. El problema es que no saben dónde vive, naturalmente, porque no tienen relación con ningún chico popular, y así comienza una curiosa mezcla de comedia adolescente-road movie a medida que Amy y Molly se recorren la ciudad y conocen a todo tipo de personajes excéntricos en busca de la famosa fiesta.
Quiero alabar el trabajo de todas las brillantes mujeres que han creado este regalo de película y no sé ni por dónde empezar. Para empezar, las guionistas (Emily Halpern, Sarah Haskins, Susanna Fogel, and Katie Silberman) han creado una historia ágil, inteligente (no solo culturalmente, como alude el título, sino también emocionalmente) que me hizo reír a carcajadas sin por ello sacrificar ni una gota de carácter ni sentimiento. El argumento nunca pasa demasiado tiempo en una misma ubicación ni exprime demasiado una situación cómica; deja el motor en marcha y no deja de inventar nuevas formas en las que meter en líos a nuestras protagonistas.
Igual de cruciales para el éxito del filme son Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein, quienes dan vida y sinceridad a sus papeles. Amy y Molly parecen adolescentes de verdad, inteligentes y observadoras de esa manera ligeramente aterrada de alguien demasiado joven que intenta aparentar más confianza de la que siente (me chocó comprobar que ambas actrices tienen 25 años; puede que vieras a Dever como una chica capo de la droga en Justified o una adolescente con problemas en Short Term 12, y a Feldstein como la mejor amiga de Lady Bird). Su química es magnífica y la película sabe cómo explotarla.
Olivia Wilde, en su primer largometraje como directora, ha alcanzado un nivel de calidad y dominio del medio que muchos directores más veteranos aún se esfuerzan por conseguir. Ha dado con el tono perfecto para esta historia, tierno a la vez que gracioso, y demuestra un afinado sentido del ritmo tanto en el sentido general de la estructura como dentro de cada escena concreta en la combinación de humor de diálogo y visual. Además de Dever y Feldstein, todo el reparto secundario es estupendo, especialmente Billie Lourd como un espíritu libre de lo más excéntrico y Skyler Gisondo como un exasperante niño rico que intenta comprar su propia popularidad.
Podría seguir, pero todo esto se resume en que Súper empollonas es de lo que no hay, una película intemporal pero a la vez decididamente un producto de su tiempo, rebosante de talento y genio. No la dejes pasar.
The Film Tower 