I like it when movies let their freak flags fly, so I liked The Unbearable Weight of Massive Talent’s head-first dive into weirdness and hyperbole.
To call this a star vehicle for Nicolas Cage would be a fundamental misunderstanding; it is more an homage, a deconstruction, and a study all rolled into one. Cage plays himself, a legendary actor whose financial misfortunes now see him doing auteur films and genre B-movies alike out of necessity, but never turning in a half-hearted performance. In this movie, he is hired by an alleged mob finance guy named Javi Gutiérrez (Pedro Pascal) to be a celebrity guest at a fancy birthday party in Mallorca; Javi is a massive Nic Cage fan and is always ready to quote lines from his most famous movies -he is even caught to have a shrine full of Nic Cage memorabilia.
The self-referential exercise goes beyond Cage playing himself: the entire film is peppered with callbacks to his greatest classics, there is actual footage from his work spliced into it, and even has hallucinated conversations with his mercurial younger self (also Cage, de-aged and styled to look like he did in a crazy 1990 TV interview). The results are as fascinating as unpredictable, as the actor himself; it’s as if, while he was having a conversation with his own self, the movie was also in conversation with his older movies, isolating the highs and lows and interrogating what common threads might unite them, if any.
As a cursory plot to string all of this together, the movie’s Nic Cage is recruited by a CIA agent (Tiffany Haddish) to spy on Javi and his cousin, a dangerous drug lord (Paco León). The story is unfortunately a weak point; while Nicolas Cage as an international spy wannabe is a concept with its tongue firmly planted in its cheek -there’s a hilarious sequence in which Cage accidentally drugs himself instead of an enemy- it still feels somewhat insufficient. Take Tiffany Haddish, who is a hilarious comedian and has exceptional comedic timing as an actor; she is reduced to a mostly mirthless cop role in a movie that otherwise has no taste for half-measures.
The best buddies/bros dynamic between Cage and Pascal, on the other hand, is delicious; Tom Gormican, director and co-writer, demonstrates a keen understanding of the dynamic between the two actors as well as their characters, and gives them room to develop it together as the movie goes along. Pascal shows no ego in playing a Cage fanboy; and what to say about Nicolas Cage himself? It’s quite something that he can make something as grounded as Pig and then something as bonkers as this in the same year, but then again, the fact that he is the kind of actor who never says no to a project but never fails to commit to a performance is the whole reason The Unbearable Weight of Massive Talent exists. It’s truly a joy to see him unleashed.
This is a weird one, and not all of its moments stick the landing, but it makes for a fun outing and all its versions of Nic Cage are a spectacle.
The Unbearable Weight of Massive Talent on IMDb
El insoportable peso de un talento descomunal (2022)
Me gustan las pelis raras, por lo que me lo he pasado en grande con la rarísima El insoportable peso de un talento descomunal.
Tildar a esta producción de vehículo para Nicolas Cage sería un error de perspectiva: es más bien un homenaje, una deconstrucción y un estudio todo en uno. Cage se interpreta a sí mismo, un actor legendario cuyos infortunios financieros obligan a aceptar papeles tanto en películas de autor como de serie B, pero que nunca actúa a medias. En esta película, lo contrata un supuesto banquero de la mafia llamado Javi Gutiérrez (Pedro Pascal) para que asista a su lujosa fiesta de cumpleaños en Mallorca; Javi es el fan nº 1 de Nic Cage, hasta el punto de que se sabe todas sus frases clásicas… y hasta oculta un santuario lleno de parafernalia de sus pelis.
El ejercicio autorreferencial no se queda solo en que Cage se interprete a sí mismo: toda la película está llena de guiños a sus trabajos más famosos, insertan metraje de los mismos, y hasta mantiene conversaciones con una versión alucinada de su alocada juventud (interpretada también por Cage, rejuvenecido y estilizado para recrear su apariencia en una demencial entrevista que dio en 1990). El resultado es tan fascinante como impredecible -lo mismo se podría decir del propio actor- como si, a la vez que él tuviera su conversación consigo mismo, la película igualmente conversara con su filmografía, aislando los altos y los bajos, investigando qué rasgos tienen en común, si los tienen.
A modo de argumento burdo para hilar todo lo susodicho, el Nicolas Cage de la ficción acaba reclutado por una agente de la CIA (Tiffany Haddish) para que espíe a Javi y a su primo, un peligroso mafioso (Paco León; entre esto y Garra, parece que España se ha puesto de moda en Hollywood). Por desgracia, la historia es un punto débil; aunque Nicolas Cage haciendo de espía internacional es un concepto deliberadamente cómico (hay una escena genial en la que por error se droga a sí mismo en lugar de a un enemigo), aun así se hace soso. Toma como ejemplo a Tiffany Haddish, una humorista graciosísima que además domina el timing como actriz: aquí se queda en una poli más bien seria en una película que por lo demás repudia las medias tintas.
La dinámica de colegueo entre Cage y Pascal, por el contrario, es deliciosa; Tom Gormican, el director y coguionista, demuestra una comprensión aguda de la dinámica entre los dos actores y sus personajes, así que les deja el espacio que necesitan para desarrollarla juntos. Pascal no muestra ego alguno al interpretar al mayor fan de la estrella… ¿y qué se puede decir del propio Cage? Es increíble que pueda hacer algo tan sobrio como Pig y algo tan demente como esto en un mismo año, pero claro, el hecho de que sea uno de los pocos actores que no rechaza ningún papel pero que tampoco entrega jamás una actuación desganada es precisamente la razón por la que existe El insoportable peso de un talento descomunal. Es un placer verlo tan desatado.
Esta peli es rara, y tiene momentos que no acaban de cuajar, pero es de lo más divertida y todas las versiones de Nic Cage son un auténtico espectáculo.