Watching The Outfit, I was sure that it was the adaptation of a stage play, adhering as strictly as it does to the three Aristotelian dramatic unities of place, time, and action. (It’s not! It was written for the screen by director Graham Moore and Johnathan McClain.)
The place is a fancy tailor’s workshop, in 1950s Chicago, run by the quietly dignified Leonard (Mark Rylance), a British “cutter” as he calls himself, and his assistant Mable (Zoey Deutch). The time is one fraught night, when the escalating tensions between the mobsters who own Leonard’s shop and their enemies finally break out into an all-out war. The action is that there is a key piece of evidence that police and criminals are after, which might indicate the existence of an informant, and two mob enforcers hijack the workshop to hide it; they are Richie (Dylan O’Brien), who inherited his status from his father, the boss, but not his competence, and Francis (Johnny Flynn), the frustrated fixer who must supply both brains and brawn to the operation.
From there, without ever leaving the shop and only occasionally letting an additional character or two into the scene, the story becomes a simmering thriller about exposing old grudges, conflictive allegiances, and increasingly elaborate sets of double crossings. Mark Rylance is fantastic as an unassuming protagonist (redeeming himself from… whatever he was doing in Don’t Look Up), a man whose humble protestations are clearly a protective tactic. It is captivating to see how innocently he steers the conversation between the younger, more emotionally volatile men in the directions most convenient to him while affecting not to know anything about the outside world. Zoey Deutch’s role takes a leave of absence during the middle section, but becomes more interesting when she comes back; if you’re a fan, be sure to check her great turn in Buffaloed.
As happens so often with these twisty stories, there comes a point in the third act when the betrayals, shocking reveals and heel turns spin out of control, and you have to abandon all hope of following every detail of the plot and must content yourself with enjoying the ride. That said, The Outfit is not nearly as bad in that regard as others, and I was engaged and entertained until the end. Worth a viewing if you’re itching for a fun genre outing.
El sastre de la mafia (2022)
Vi El sastre de la mafia convencido de que tenía que ser la adaptación de una obra de teatro, por lo estrictamente que sigue las tres unidades aristotélicas de lugar, tiempo y acción (¡pero no lo es! La escribieron el director Graham Moore y Johnathan McClain especialmente para cine).
El lugar es una sastrería en la Chicago de los años cincuenta, regentada por el modesto Leonard (Mark Rylance), un sastre inglés, y su ayudante Mabel (Zoey Deutch). El tiempo es una fatídica noche, cuando la tensión creciente entre la mafia que controla la sastrería de Leonard y sus enemigos acaba por desencadenar una guerra abierta. Por último, la acción es que existe una prueba clave que persiguen tanto los criminales como la policía, porque sugiere la presencia de un espía, y dos mafiosos se atrincheran en la sastrería para ponerla a salvo; se trata de Richie (Dylan O’Brien), el hijo del capo que ha heredado el estatus de su padre pero no su competencia, y Francis (Johnny Flynn), un guardaespaldas frustrado que debe asegurarse de que Richie no la líe.
A partir de ahí, sin salir nunca del taller, dejando solo de vez en cuando que algún otro personaje entre en escena, la historia se convierte en un tenso thriller en el que se destapan viejos rencores, lealtades encontradas y una sucesión de traiciones cada vez más complicadas. Mark Rylance está fantástico como protagonista a su pesar (desde luego se redime de lo que fuera que pretendía hacer en No mires arriba), un hombre cuyas humildes protestas son en realidad una maniobra defensiva. Es fascinante ver la inocencia con la que dirige la conversación entre los dos jóvenes, emocionalmente volátiles, hacia donde a él le interesa, siempre haciendo como que no sabe cómo funciona el mundo. Zoey Deutch se ausenta gran parte de la película, pero su personaje se vuelve más interesante cuando regresa; aprovecho para recordar que todo fan de ella debe ver Cómo escapar de Búfalo.
Como sucede con casi todas estas historias llenas de giros y sorpresas, llega un punto hacia el final en el que las traiciones y las confesiones chocantes se descontrolan y uno debe resignarse a disfrutar del viaje sin buscarle mayor sentido. Dicho eso, en El sastre de la mafia no es para tanto; me lo pasé bien de principio a fin. Merece la pena si te apetece un thriller de los de antes.
The Film Tower 