Persuasion (2022) – Movie Review

Dakota Johnson in Persuasion

¡En español!

If you’re in the mood for some Jane Austen with a fresh twist, you could see the hilarious, gay, modern Fire Island, or the more classical but still vibrant Emma. Or, if you’re like me and you’ve already seen them, you could make a mistake and watch Persuasion, which is neither as funny as the former nor as endearing as the latter.

This adaptation of Austen’s novel of the same name stars Dakota Johnson as Anne, a young woman from a good if intense family, dangerously close to becoming a spinster. She had her heart broken when her family made her cut ties with sailor Wentworth (Cosmo Jarvis), a man she was madly in love with but whose station and prospects were too far below hers. Except now, years later, Wentworth is back, risen in rank and fortune thanks to a stellar career in the Navy. Anne will be confronted at once with her own unresolved feelings for him and his resentment towards the woman who rejected him.

This Austen adaptation’s much vaunted modernization comes in the form of Anne’s frequent fourth-wall-breaking asides, when she takes us aside to tell us exposition or express her feelings, as well as an overabundance of sitcom-style staring at the camera. Casting Dakota Johnson in a period drama already feels oddly modern (to reference that great tweet, she has a face that knows about text messaging), but the truth is that this modernization feels skin-deep: although talking to the camera is formally new, and the script tries painfully to work in a handful of contemporary expressions, the concept and tone of the film is as classical as any straight adaptation of a 19th century novel. Anne’s attitude towards her former lover, the institution of marriage, her family, etc. are all unrevised, unreckoned with, such that the movie would carry the same emotional resonance even if the narration was unrevised. Compare that to Emma, which looked period-appropriate but looked at its characters with new understanding.

With the veneer of comedy offering scant entertainment, the rest of the movie is little better. In an astonishing unforced error, they took the role of Wentworth, the love interest, the man our heroine loves above all else, and cast -let’s call a spade a spade- an appalling actor to play him. Incapable of emoting, devoid of any charisma, struggling even with the most perfunctory of dialogue, Cosmo Jarvis must own some truly damning blackmail material to have landed this gig. When Henry Golding comes into the movie as a romantic rival for Anne’s attention, I (not having read the novel) assumed Wentworth was going to be written out of the picture because I couldn’t comprehend what she might see in that lumbering oaf (over Henry Golding, too?). This already feels too mean, but seriously: Dakota Johnson is made to read his big declaration of love, with him offscreen, and when she finally confronts him about it we don’t even see his reaction, something I read as a director who knows an actor absolutely cannot perform a scene.

A tiresome gimmick, on a weak story, with performances that run from unremarkable to dreadful, and an uneven production (I appreciated that most of it looks like it was shot outside, a rarity for Netflix, but the costume and production design leaves to be desired), there is precious little to recommend Persuasion. Spend the time on Fire Island or Emma instead.

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Persuasión (2022)

Si te apetece una adaptación de Jane Austen con un toque moderno, podrías ver Fire Island, magnífica, gay, y moderna, o Emma, más clásica pero igualmente rebosante de energía. O, si te pasa como a mí y ya las has visto, podrías cometer un error y ver Persuasión, que no es ni tan graciosa como una ni tan entrañable como la otra.

Esta adaptación de la novela homónima de Jane Austen nos presenta a Dakota Johnson como Anne, una joven de buena familia que se acerca peligrosamente a la edad en la que se la considerará una solterona. Su familia le rompió el corazón al obligarla a romper con el marinero Wentworth (Cosmo Jarvis), un joven del que estaba perdidamente enamorada pero cuyo estatus social era demasiado bajo para ella. Años después, resulta que Wentworth ha vuelto, ha ascendido en rango en la marina, y de repente es todo un partido. Anne deberá enfrentarse a la vez con sus sentimientos encontrados hacia él y el resentimiento de este hacia la mujer que lo rechazó.

La publicitada modernización de esta adaptación de Austen toma la forma de frecuentes escenas en las que Anne habla directamente a cámara para explicarnos cosas o contarnos cómo se siente. Fichar a Dakota Johnson para que salga en una peli de época ya tiene algo de moderno (por parafrasear aquel gran tuit, su cara sabe que existen los móviles), pero lo cierto es que es una modernización superficial: aunque hablar a la cámara sea formalmente nuevo, aunque el guion se esfuerce sobremanera por meter con calzador algunas expresiones modernas, el concepto y el tono de la película son tan clásicos como cualquier otra adaptación de una novela del s. XIX. La actitud de Anne para con su ex amante, el concepto del matrimonio, su familia, etc., no se reevalúan ni se examinan. Compáralo con Emma, visualmente de época, que observaba a sus personajes con una sensibilidad actual.

Con una pátina de comedia que aporta poco entretenimiento, el resto del filme no mejora mucho. Lo más chocante es que para el papel de Wentworth, el galán, el hombre a quien nuestra heroína ama por encima de todas las cosas, han fichado -hablemos claro- a un actor pésimo. Incapaz de mostrar emoción alguna, falto de todo carisma, insuficiente hasta para recitar el diálogo más básico, Cosmo Jarvis debe poseer algún material de lo más comprometido para haber conseguido este trabajo. Cuando Henry Golding aparece como rival romántico para el afecto de Anne, di por sentado (no habiendo leído la novela) que el otro ya era cosa del pasado porque no era capaz de imaginar que la película quisiera rescatar su personaje. Es tan flagrante que Dakota Johnson tiene que leer su gran declaración de amor, cuando él no sale en pantalla, y cuando por fin se encuentran en persona no nos muestran su reacción; para mí eso es señal de una directora que sabe que su actor no está a la altura.

Una gracia que se hace cansina, una historia débil, actuaciones que van de lo anodino a lo atroz, una producción irregular (me gustó que parece que hayan rodado en exteriores, una rareza para Netflix, pero el diseño de vestuario y de producción deja bastante que desear)… Al final no hay gran cosa que recomendar en Persuasión. Mejor prueba con Emma y Fire Island.

Persuasión en IMDb